Loles León

Loles León es uno de los rostros más queridos de la gran pantalla. Su personalidad ha creado  una cercanía con todo tipo de públicos, desde niños y jóvenes hasta personas mayores. Su naturalidad, simpatía e ingenio han hecho que nunca pase desapercibida. En el cómodo bar del Hotel Urban de Madrid, Loles nos confiesa entre risas muchas de sus anécdotas, su experiencia en una de las series más populares de la televisión y con quién le gustaría trabajar en un futuro. 

Quiero empezar desde el principio…

¿Desde el principio de qué? desde Locura de amor- ríe- . Eso se dice mucho en cine, cuando termina una toma y dicen “vamos a hacer otra”, le preguntas al primer ayudante ¿desde dónde? Y te dice ‘Desde el principio de todo’. Pues desde Locura de amor que es una de las primeras películas que se hicieron.

‘Aunque no lo parezca, siempre he sido muy tímida’

A lo largo de tu carrera has demostrado ser además de natural, muy divertida y abierta ¿De pequeña también eras así? 

Yo soy muy vergonzosa y siempre lo he sido. Precisamente por personalidades tímidas y vergonzosas uno se hace actor. Para representar papeles que no tengan nada que ver contigo y ser coraza. Soy muy tímida pero no lo parece. Quizás soy extrovertida y un poquito demasiado abierta y eso confunde, siempre digo mi opinión y no me callo las cosas. 

‘En esta profesión hay mucha vulnerabilidad, dependemos de la aceptación del público’ 

¿Qué crees que es lo más complicado de ser actriz?

Hay mucha vulnerabilidad en esta profesión, en el fondo somos muy frágiles. Dependemos de la admiración, la aceptación del público y de la crítica. Cuando volví de Estados Unidos con Mujeres al borde de un ataque de nervios, tuve un éxito apabullante. Era todo maravilloso y todas las críticas buenísimas… Y va una opinión negativa de un pueblecito y te hundes. La vulnerabilidad que tenemos a la hora de exponernos es muy fuerte. Las críticas siempre afectan pero son buenas porque creces, recapacitas, te hacen pensar…

‘Voy al cine desde los tres años’ 

¿En qué momento te diste cuenta de que querías dedicarte a la interpretación?

Yo vine a esto, creo que estoy predestinada. Desde los dos años estoy bailando, cantado… Mi padre me subía en los mostradores de la churrería que teníamos y bailaba, cantaba y era de estas niñas artistas que siempre están dando la murga. De adolescente dejé los bailecitos y empecé a leer textos, teatro, intérpretes que me gustaban…. Mi abuela me llevaba al cine desde los tres años. Mi madre le decía: “¡No quites a la niña del colegio por la tarde, que tiene que ir!”. Pero mi abuela siempre pensó que en el cine se aprendía más. Yo me quedaba extasiada con las películas  y siempre me he creído que era la protagonista de todo. Los sueños…

‘La grandeza de los personajes es que llegan al público’

Aquí no hay quien viva duró años y en alguna ocasión has dicho que ha sido la serie de tu vida. ¿Cuando interpretas durante tanto tiempo a un personaje crees que al final te terminas pareciendo a él?

No, precisamente es el tiempo el que te da también la oportunidad de no trascender en tu cabeza, en tu cuerpo, en tu espíritu… Ya eso se queda ahí. Ensayas y te aprendes todo lo que tienes, las secuencias… pero cuando dicen “¡corten!” ya no eres Paloma  ni eres Menchu. Eres Loles que estás con Petra que es Fina, con Nataly que es Berta, con Miren que es mi hija que es Yoli… Esa es la grandeza de los personajes, que luego llegan al público. Como nos metemos en las casas de la gente, se piensan que pertenecemos a su familia.

‘El personaje de Paloma en aquí no hay quien viva marcó un antes y un después en mi vida artística’ 

¿Qué significó para ti el personaje de Paloma?

Paloma me gustó muchísimo, fue un antes y un después en mi vida artística. Me dio mucho y me gustaba mucho hacerla porque además los guionistas escribían muy bien sobre el personaje. Los rodajes no tenían el control que tienen ahora. Al convivir tantas horas aquello desmadró en que no tenías vida. Lo mismo que me dio me quitó. Era una serie que estaba pensada para cuatro o cinco capítulos, de hecho le dije a mi representante que no sabía si hacerlo.Y este me dijo: “¿Qué tienes que hacer este verano? Hazlo y luego te vas de vacaciones” y nunca más hubo vacaciones. No solo no hubo vacaciones sino que no tenías tiempo para tu vida personal. Antes se tenía que hacer todo en una semana, de repente la cadena pidió todo, terminábamos de grabar el capitulo del miércoles a las siete de la tarde y se emitía a las diez del mismo día. Aquello era un sin vivir, se convirtió en algo muy estresante y estuve a punto de ponerme mala.

‘Aquí no hay quien viva fue muy estresante. Te levantabas a las cinco, te recogían a las seis de la mañana, volvías a tu casa a las doce y a la una y media te pasaban el guión del día siguiente’ 

¿Pensaste en dejarlo?

Hice treinta capítulos, casi tres temporadas, hasta que decidí irme. Tomé la decisión porque los actores cuando no podemos más con algo siempre pedimos más dinero y es la única manera de que te digan que no, y como siempre te dicen que más dinero no (jajajaja). Pedí más dinero y se negaron. Tanto los actores, como los directores, productores… estábamos todos agobiadísimos. Yo en ese momento pensé: una serie no vale mi salud. Era complicado disfrutar del personaje, te levantabas a las cinco, te recogían a las seis de la mañana, volvías a tu casa a las doce y a la una y media te pasaban el guión del día siguiente. La disyuntiva era: ¿Qué hago? ¿Estudio o descanso un poquito? Estudiabas y te quedabas dormida con el guión. Recuerdo que iba con el guión a todo, entraba en la ducha y hasta que no se empañaba lo estaba mirando. Ahora las cosas han cambiado, está todo mucho más controlado. Tienes un horario que hay que cumplir, hay tiempo… Ahora las series se hacen con tiempo y no hay esa premura. Por eso te digo que fue un personaje tan maravilloso que tampoco pude disfrutar por causas ajenas a la interpretación.

‘Menchu ahora mueve mi vida’

¿Estás pudiendo disfrutar más ahora de Menchu, tu personaje en la que se avecina?

Menchu ahora mueve mi vida. La adoro, me gusta muchísimo porque puedo disfrutarla. Tengo tiempo para estudiar el personaje y prepararlo… Estamos todos mucho más relajados que en aquí no hay quien viva. Menchu tiene una edad en la que no se considera ni joven ni mayor, está en un limbo del tiempo en el que sabe que le esperan diez años buenos. La hija, mentalmente es más vieja que ella. Me gusta por la rapidez e inmediatez de vivir la vida aprovechando el ahora.

Los rodajes deben ser una fiesta continua…

Es la vida misma, porque en estos rodajes y en está serie se toca todo lo que pasa en la realidad. Ten en cuenta que tenemos un público de ocho años a ochenta o noventa, una franja de todas las edades. A muchos niños no les dejan verlo pero lo siguen a escondidas. A veces me pasa que me encuentro a señores que van con sus hijos y el niño va detrás de mí todo el rato.

‘La situación actual que estamos viviendo es más surrealista que cualquier película’

¿Recuerdas alguna anécdota surrealista que te haya ocurrido en algún rodaje?

En la que se avecina sí que hay momentos muy surrealistas pero que están en el guión. La vida se queda pequeña al lado de todas estas cosas. Pero sinceramente el surrealismo lo veo más ahora en la sociedad que en los trabajos de cine. Ahora el mundo que vivimos gana al cine. Considero los momentos estos irracionales y surrealistas de toda la gente que se está jugando y se juega el tipo para salvar a los demás y que haya negacionistas que sigan desmintiendo lo que está pasando. 

‘Si ahora mismo pudiese decidir en qué proyecto participar sería en una película’

‘La televisión se graba, el cine se rueda’

¿Te gusta más hacer cine o teatro?

De mi oficio me gusta todo, hasta la radio, un anuncio, hacer entrevistas…Yo me entrego a todo porque me fascina mi trabajo. Pero si ahora tuviese que elegir qué hacer, haría una película. Porque una película te da una energía diferente a todo. La televisión se graba y el cine se rueda. La película se rueda a trocitos y tiene más esencia para desmenuzar e impregnarte, es un arte. Por otro lado, cuando entras en el teatro se te olvida todo, eres el público y tú, les oyes, les escuchas… Te transmiten muchísima energía. Cuando la gente se emociona, se ríe contigo, eso es también muy único. Y la televisión es buena porque es muy rápida y si tienes la suerte de tener una serie de risa pues te diviertes muchísimo. Pero me gusta todo, los anuncios, la publicidad… Hasta grabar videoclips, hace poco estuve grabando uno con unos raperos muy populares y me lo pase genial. 

‘Tejero se enfadó cuando salvé a Fonsi Nieto en Master Chef Celebrity’

Tu participación en MasterChef celebrity no pasó desapercibida y además… ¡Quedaste finalista!

Me lo pasé genial y quedé cuarta. Bueno en realidad quedé cuarta para que no se enfadara Tejero  jajajaja-bromea- Por momentos surrealistas me preguntabas, pues este fue uno de ellos. Se enfadó cuando salvé a Fonsi Nieto. 

¿Te gusto la experiencia en el programa?

Me encantó, lo repetiría millones de veces pero también se pasa mal. Prefiero siete series, cuarenta películas, obras de teatro… antes que un programa de cocina. Ahí te rompen los nervios, tienes muy poco tiempo. Además las cocinas son de inducción, que son demasiado modernas para mí. Soy de gas con llama o la vitro que ya me parece algo más complicado. Pero la inducción es una cocina que como te despistes un poco es muy fácil que ya no te salga un buen resultado. Yo cocino mucho, en mi casa son todos muy cocineros, mi madre, mi abuela, mi hermana… y además buenísimas. He hecho muchísimas paellas a lo largo de mi vida y en el programa va y se me quema jajajaja. Tú no sabes en mi casa y en la Barceloneta lo que me dijeron “Anda que quemarse el arroz…”.

Además ¡te animaste a sacar un libro! Cocinando con Loles, donde enseñas a cocinar rápido y baratito ¿Qué es lo que mejor te sale?

Además del libro tengo también diecisiete programas en YouTube que se llaman Cocinando con Loles. Si os metéis os partís de risa, es muy divertido y estoy cocinando y hablando con un maniquí que tengo.

Ahora mismo, cuando no tienes que trabajar, ¿en qué te gusta emplear tu tiempo?

Sobre todo me centro en hacer mis ejercicios para la espalda, para las rodillas, para las cervicales… Ocio ahora no tengo, si dijésemos no estamos en una pandemia mundial, mi ocio era salir a cenar con los amigos o invitarles a comer a casa y hacer una sobremesa grande y quedar para ir al cine o teatro. Y te confieso que me gusta mucho el sofá, me tiro en el sofá y veo mucho cine, mucha serie…

‘Me gustaría trabajar con el director Juan Bayona y con estrellas emergentes como Anna Castillo, Félix Gómez, Alex García, Verónica Echegui…’

 Tu larga trayectoria profesional ha hecho que trabajes con gente de todo tipo, a pesar de ello: ¿Tienes algún compañero de profesión o amigo con el que aún no hayas trabajado y te gustaría hacerlo?

Me gustaría mucho trabajar con el director Juan Bayona, le adoro. Además él en Budapest me dijo que me iba a dar un papel. Lo fuerte es que él empezó conmigo, en una serie que yo protagonizaba que se llamaba Para qué sirve un marido, Bayona era ayudante de cámara. Siempre le pido que me llame para alguna película y nunca me llama… a ver si se me va a quemar el arroz y va a ser demasiado tarde jajajaja- bromea- 

Y con compañeros he tenido la suerte de trabajar con muchísimos, con casi todos. Me gustan muchos las estrellas emergentes, me gustaría mucho con Anna Castillo que es muy buena. Con Félix Gómez tampoco he trabajado y es un gran actor. Alex García me gusta  y Verónica Echegui muchísimo también. De hecho tenía un proyecto de una película que no he vendido por que como está todo tan complicado, y de actriz joven la tenía a ella. Otro actor con el que me gustaría trabajar es Antonio de la Torre. Hay tantos actores con los que seguir trabajando y haciendo muchas cosas. Me gustan todos los que están ahora, yo he trabajado con lo más grande. Trabajé con Emilio Palacios un chico muy joven pero un actorazo, en el corto Un chico cualquiera dirigido por Álex Moner. Él hace de mi hijo, es una historia preciosa que podeís ver en filmy. Me gustan las nuevas generaciones, me gusta aconsejarles cosas como que pronuncien bien.

‘Si no tienes vocación se nota en la pantalla’ 

 Hablando de consejos… A aquellos jóvenes que se están formando para ser actores o sueñan con triunfar en el mundo de la interpretación ¿Qué les aconsejarías?

No es un mundo fácil. Lo importante es que descubran si tienen vocación. Si no la tienes te vas a quedar en el camino. Cuando eres joven se te puede pasar el tiempo enseguida y de repente ya no has hecho un papel de tu edad. Por otro lado, tienes que tener disciplina y paciencia. Ponerte en las manos de los directores porque ellos son los que mejor te van a conducir hacia lo que tienes que hacer. Y si quieres puedes intentar contactar o hablar con ellos. Responsabilidad, respeto hacia el espectador y, una vez más, vocación. Si no tienes vocación se va a notar en la pantalla. Fíjate que no te digo talento, porque el talento lo puedes encontrar después, la vocación es por lo que sueñas, algo que tienes dentro.

Está claro que Loles siempre tuvo esa vocación y ese gran talento. Hay un talento natural que tiene dentro y fuera de la pantalla, hacer reír y disfrutar a los demás. 

Fotografías realizadas por Patricia de Semir para le revista ECOOO, protegidas por derechos de autor.